Por Ximena Soria
El homenaje a Mary Jiménez “El cine como cuestión de vida” se desarrolló en el marco del 28 Festival de Cine de Lima PUCP el sábado 17 de agosto. En el Auditorio NOS, acompañada por la directora Sofía Velázquez, repasaron su vida y cinematografía.
Jiménez inició la charla contando su experiencia con el budismo tibetano, doctrina a la que se acercó luego de que los doctores le indicaran que le quedaban seis meses de vida. “Me desprendí de todo en un golpe”, comentó la homenajeada recordando el momento de realización y profunda desconexión que sintió al recibir la noticia. Esta experiencia influyó en su filmografía, en la que busca momentos en los que el sujeto esté perdido, como ella lo estuvo.
El diálogo con el público abordó la experiencia de trabajar con producciones grandes y pequeñas. Jiménez comentó que aunque ha trabajado en películas de grandes equipos, como “Piano Bar” (1981) y “Rising Voices” (2014), su experiencia más reciente le ha hecho repensar la relación que tiene con esta forma de producción y optar por desarrollar proyectos con un equipo más limitado. Esta forma de trabajo, más libre y poco estructurada, le permite estar cerca a los actores y grabar las escenas a su ritmo.
Conversando sobre las dificultades al dirigir una película, Jiménez señaló la resiliencia como una característica necesaria en todo director. “No hay un solo cineasta que no haya sufrido”, comentó describiendo las dificultades que se atraviesa a la hora de trabajar en un proyecto. Desde la falta de financiamiento hasta la química con el equipo, los problemas pueden significar un impedimento, pero también una oportunidad para probarse a sí mismo.
Ante la incógnita de qué le depara el futuro y qué busca en él, Jiménez comentó que todavía no tiene proyectos formados, pero sí varias ideas a las que dedicarse. Busca filmar proyectos menos complicados, con equipos reducidos, como lo ha hecho últimamente junto con la directora belga Bénédicte Liénard. Las temáticas que desean explorar son la delincuencia juvenil y el mar, espacio que hasta ahora no exploran en sus películas codirigidas.
La charla finalizó con un regalo del rectorado de la PUCP a la homenajeada: una pieza de arte de la pintora peruana Julia Navarrete Stagnaro.
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